lunes, 21 de septiembre de 2009

Amelie está sobrevalorada

Algunas bandas sonoras de ciertas películas me han marcado en cierta forma, es decir, han despertado una inquietud en mí por buscarlas, conocerlas, destriparlas y saborearlas (cualquiera diría que hablo de música). A veces, incluso, han dejado más huella en mí que las propias películas.

Y, ¿por qué digo que Amelie (no sé dónde va la tile, Amélie, Amèlie, etc) está sobrevalorada? Porque hace tiempo lo pensaba. Y lo sigo pensando, pero con menor intensidad. Fue un bombazo de película en su momento y la verdad es que motivos había para serlo pero la gente se pasó con ella. Debe reconocerse el mérito de la originalidad, de la fantasía y de la magia de cualquier escena de la película, más aún, de la personalidad de la protagonista. Pero una vez pasado ese momento de exhalación contenida tras ver la película y reflexionando sobre ella, Amelie no deja de ser una chica con un interior enrevesado y surrealista y en general, una pirada que tras una fachada de niña ingenua, inocente y adorable acaba acostándose con su enamorado sin previo cruce de palabras, es decir, con un desconocido en toda regla. Este detalle puede pasar desapercibido la primera vez que ves la peli, pero la segunda vez ya no, la segunda canta bastante y se queda a un tris de desmontar la patraña del carisma dulce y angelical de Amelie gracias al cual te has pasado dos horas suspirando y soltando risitas y comentarios idiotas del tipo "qué mona...", "qué graciosa y qué buena es..." Porque digo yo que es por eso por lo que proliferan los pósters del cartel de la película en numerosas habitaciones y bolsos con la cara de Amelie colgados a la espalda de un sinfín de niñas y no tan niñas. La siguiente cara (normalmente sin la cucharilla):


Opiniones sobre la película aparte. Lo que verdaderamente merece elogios infinitos de la misma es la banda sonora. De hecho, creo que gran parte del magnetismo y del ambiente fantástico logrado se deben a la musiquilla de fondo que se oye en prácticamente toda la cinta. Es una banda sonora genial, irrepetible y única. Así como hay bandas sonoras que no podrían existir sin su película, en este caso ocurre al revés, no podría haber película Amelie sin su banda sonora. Para mi gusto es de las mejores para rescatar de vez en cuando.

Y, como ella, hay más aunque de otros géneros y con otras luces y sombras. Sin extenderme demasiado, creo que las tres bandas sonoras a las que más rápido se puede acceder en mi memoria son:

1) Braveheart: gran película y gran banda sonora. Qué más decir de una película que me hizo llorar cuando yo no lloraba

2) El bosque: película ferozmente criticada por mis compañeras de butaca aquella noche de cine en la que yo vi una película diferente, que me indujo a reflexionar, con un final estilo el del Sexto Sentido (lógico siendo del mismo director) e injustamente valorada. Banda sonora sobrecogedora.

3) 28 días después: película del género de zombies que corren (más que andan) muy rápido que sorprendentemente me gustó. Una banda sonora que despertó una inquietud en mí que todavía no se ha ido y que cada vez que la escucho, vienen a mí los planos abiertos de paisajes desiertos y desoladores. Genial también.

2 comentarios:

  1. En el siglo XX, la música "clásica" cambió de derroteros y pasó a ser música "culta": nuevos desarrollos en armonías, atonalidades, cromatismos... en fin... que la tradición de la música clásica se perdió en el siglo XX. Creo que lo más parecido al espíritu original de la música clásica es lo que hoy llamamos "bandas sonoras" y me refiero a las bandas sonoras originales de las películas. En mi opinión hay grandes obras ahí. Mola la de "Piratas del Caribe" :D

    Un beso

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  2. Estoy de acuerdo contigo. Se esconden verdaderas joyas en las bandas sonoras de muchas películas. Algunas de ellas echando mano de clásicos inigualables, como por ejemplo, la de "La naranja mecánica" y Beethoven.

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