jueves, 9 de junio de 2011

Así somos...

Nos decían:

"Es que es veros de perfil con vuestro padre y saber que sois hijos suyos..."

Me dicen:

"Es que viendoos de perfil, enseguida se sabe quiénes son tus hermanos..."

Nos falta pero sigue en nosotros.... raro, ¿no?

miércoles, 25 de mayo de 2011

Crees que no se va a ir nunca

Cuando viene el dolor, crees que no se va a ir nunca... sientes el dolor del propio dolor... los pensamientos ni siquiera se agolpan... llegan uno detrás de otro... en hilera y despacio... despacio... veo su sonrisa... percibo la sonoridad de mi nombre en boca de él... su mirada que me observa... sus gestos delicados aunque descuidados... son segundos en los que sólo existe él, en los que sólo queda su ausencia... y el resto... vacío.

Él es un vacío eterno. Cuando lo sientes, crees que no se va a ir nunca. Sientes lo que crees que nadie ha sentido ni sentirá y poco a poco... el cuerpo se despereza... se agita interiormente para ir desprendiéndose con suavidad de ese dolor... para dejarlo en un montoncito apartado a un lado... casi como convenciéndole para que se aleje y durante ese momento de persuasión, el propio cuerpo se vaya alejando... incluso sientes cómo el cuerpo le habla al dolor, a tu dolor... "tranquilo... de verdad... tú quédate ahí... al fin y al cabo, sólo es un hasta luego..."

jueves, 12 de mayo de 2011

Callandico...

El viernes 29 de abril enterramos a mi padre en Burgui, pueblo donde nació, creció y al que adoró toda su vida....

Instantes anteriores a ese momento cuestionaba mi entereza... la sola idea de perderle de vista para siempre se afianzaba y oprimía más que nunca en aquel momento... pero aguanté, desde el primer puñado de tierra que arrojé sobre el ataúd, con una medallita semioculta en él, hasta la última palada de tierra bajo un sol atizador... quise estar a su lado en todo momento... me amargaba pensar que se iba a quedar solo... su primera noche solo... los nubarrones que parecían acercarse a lo lejos... las primeras lluvias sobre él...

Pero seguimos... los abrazos... las lágrimas derramadas sobre otros hombros... el bálsamo de las sonrisas... la fuerza de las miradas y los apretones de cintura y brazos... pensé que quizá ni mi padre se quedaba solo, ni nosotros tampoco...

Poco a poco, subimos hasta la casa familiar... dejé a mi madre con mi tía y mis amigas me acompañaron y nos quedamos fuera, sin llegar a entrar... me dejé llevar por sus historias agradablemente cotidianas... familiares... nos reímos... nos emocionamos... me sentí bien entre ellas...

Así que, decidí entrar en casa con el pretexto de estar un momento con mis familiares... pero no lo hice, me fui directa a la habitación donde mi padre guardaba parte de sus libros... habitación a la que siempre iba con él cada vez que viajábamos a Burgui... habitación en la que cruzábamos cuatro palabras mientras revisábamos aquellos ejemplares viejos en su mayoría y de tapas manoseadas y desgastadas...

Aquel día fui sola.. pensando en la última vez que habíamos estado juntos... en verano del año pasado y cómo las frases que cruzamos pudieron ser así:

Yo: Ahora estoy leyendo a Agatha Christie...
Mi padre: Pues ya sabes que tengo la colección entera.
- Lo sé. - rebuscando entre los libros de la balda más baja. - Me voy a llevar estos dos, que todavía no los he leído.
- Bien... ya te buscaré más aparte de los que hay aquí.

El pasado 29 de abril entré sola en aquella habitación... y al encender la luz, mi mirada se quedó fija en la cajonera que estaba al lado del interruptor.... sobre ella reposaba una pila de unos 15 libros de Agatha Christie...

Así hacía las cosas mi padre... callandico... sin decir nada... sin esperar sorprender a nadie pero consiguiéndolo siempre... y así permanecí unos minutos en aquella habitación... callandico... mientras las lágrimas se mezclaban con una sonrisa de emoción...

martes, 10 de mayo de 2011

Si alguien ama a una flor...

...de la que no existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas. Se dice: "Mi flor está allí, en alguna parte..."
Y así, una y otra vez, leí este párrafo a su oído... unas veces bajito... otras titubeante... las menos sin lágrimas que nublaran mi vista... pero todas ellas con cariño, a su oído... a su lado... en la UCI, mientras dormía... "en un coma profundo del que no va a despertar", nos decían... aunque yo sabía que él nos escuchaba, que cada uno de los 8 días que estuvo en la UCI, durmiendo... contaba los segundos e iba haciendo sus minutos, sumando horas hasta que a lo lejos, entre algún que otro sollozo, llegaban a él nuestras voces... y, entonces, estoy segura de que se esforzaba por concentrar las pocas fuerzas que aún le quedaban para fijar su atención sólo en nosotros... en su mujer, en su hija, en sus hijos....

A mi padre se lo llevó un derrame cerebral, después de luchar como nunca había luchado durante 8 días... y paradojas de la vida, durmiendo mientras duraba esa lucha... aquel miércoles 20 de abril de 2011 no sabía lo que ocurriría por la noche... sólo pensaba en sus pequeñas cosas de cada día y eso le hacía feliz... 8 días después, el día del cumpleaños de su hija... mi cumpleaños... se fue...

Y ahora está allá en lo alto... entre millones y millones de estrellas... y sé que nos cuida y nos mira y cuando no pueda dormir, me leerá al oído...