martes, 2 de febrero de 2010

El hombre del tiempo

El gato me mira y enseguida comprendo el significado de su mirada.

- Así que, ¿quieres escuchar algo de Elvis...? Perfecto, justo estaba pensando en lo mismo. ¿Qué te parece si empezamos por Bridge over troubled water...?

A mi mirada interrogante, él responde con una mirada carente de expresividad.

- Tienes razón... no estoy realmente segura de que esa canción sea suya... puede que de Simon and Garfunkel, pero deberás reconocer que la interpretación de Elvis es grandiosa...

El gato se tumba al lado del teclado y tomo ese gesto como símbolo de aprobación. Así que, busco en Spotify, le doy al play y subo el volumen...

Elvis Presley – Bridge Over Troubled Water


Ahora sí, hablo de lo que inicialmente tenía pensado; el hombre del tiempo.

Cuando era pequeña, estaba convencida de que la profesión más difícil del mundo era la del hombre del tiempo. ¿Por qué? ¿Por tener que estudiar Física y luego la especialidad de meteorología? No, todos sabíamos que Maldonado era meteorólogo y Montesdeoca no y hacían lo mismo. No, no era porque la meteorología fuera la ciencia más inexacta de todas. Era porque aunque nosotros en la tele viéramos el mapa de España, ellos NO lo veían. ¿Cómo podía ser esto? A mí siempre me decían, "mira, aunque tú veas el mapa y todas sus provincias, ellos no lo ven, tienen una pantalla en blanco y tienen que saber perfectamente dónde está cada sitio para luego señalarlo mientras hablan. ¿A que es difícil?" Pues sí, claro que lo era, yo me creía incapaz de hacer algo así.

Así que, cuando llegaba la hora del tiempo, sentada en el sofá, seguía la mano del hombre del tiempo y sus indicaciones. "Mañana estará cubierto todo el tercio norte de la península" y su mano barría el norte de oeste a este, sin prácticamente tocar el mar ni invadir Francia, "a primera hora de la tarde tendremos precipitaciones en forma de lluvia en Galicia" y su dedo índice apuntaba exactamente a Galicia y luego se desplazaba hasta Madrid "y podrían ser en forma de nieve a partir de 800 m en la Comunidad de Madrid" y nunca, nunca, nunca, se equivocaba. Por más que cambiaran la imagen y tuviéramos la vista por provincias y entrara a analizar el tiempo en detalle desde Pamplona hasta Badajoz, no entendía cómo en alguna ocasión no se equivocaba y terminara apuntando a Segovia al hablar de Ávila.

Y, lo más importante, no entendía por qué nosotros SÍ veíamos el mapa perfectamente y el hombre del tiempo NO. ¿Ellos no se quejaban? Me parecía ridículo. Yo en su lugar lo haría. Poner esas trabas innecesarias al hombre del tiempo.

Por eso es por lo que me hizo mucha gracia conocer el concepto de "chroma key" y la pantalla verde. Entonces lo entendía todo. Ese chroma que ya no utilizan los hombres del tiempo (habría que decir también "mujeres del tiempo" pero es que es muy largo) porque ahora existen las pantallas LCD o de plasma gigantes que presentan animaciones muy bonitas y podemos ver todos.

Desde luego, el hombre del tiempo ya no es lo que era.